Nos fascina eso de vivir debajo del agua así que los restaurantes sumergidos llevan copando portadas desde hace años. Hasta hace relativamente poco, había que viajar hasta tierra remotas para poder experimentar lo que era atravesar sus puertas… Pero en el 2019 abrió el primer restaurante de este tipo de Europa, que hoy ya cuenta con una estrella Michelin.
Este restaurante sumergido en Noruega, en la población de Lindesnes, se encuentra a cinco metros y medio bajo la superficie, y es uno de los mejores lugares en los que disfrutar de ingredientes frescos bajo las olas. Su nombre es Under, y no solo por la palabra inglesa que podría hacer referencia a su ubicación bajo el mar. Resulta que en el idioma escandinavo, se traduce, también, por «maravilla».
«Under ha sido diseñado con sensibilidad hacia su contexto geográfico y a sus vecinos acuáticos», afirman desde el estudio de arquitectura Snøhetta. Su idea es que el propio edificio forme parte del ecosistema. Su exterior de hormigón hace de arrecife artificial, y los moluscos que van anidando en su superficie filtran el agua de mar, atrayendo a su vez nueva vida marina a la zona.
El fondo marino es parte del espectáculo, un enorme ventanal que ofrece una vista privilegiada de esta helada región del Atlántico y ayuda a comprender en mayor profundidad los alimentos que se sirven allí. Una relación más estrecha que nunca con el entorno, en un paisaje natural muy poco habitual.
Este restaurante sumergido en Noruega, en una zona de clima especialmente intenso y cambiante, también pretende servir como área de investigación y centro de divulgación, de modo que contará con un equipo científico para estudiar la vida subacuática del área. Además, todo el que acuda a comer encontrará paneles en los que se darán a conocer aspectos relacionados con la biodiversidad marina y la costa del país.
Gran parte de la experiencia de Under se centra en esta exploración de lo desconocido y en destacar el delicado equilibrio ecológico que existe entre la tierra y el mar, llamando nuestra atención sobre modelos sostenibles de consumo, éticos y responsables.
“Buscamos ofrecer una experiencia gastronómica única que anime a los comensales a abandonar su zona de confort”. Entre otras cosas, esto quiere decir que los mismos bacalaos, langostas y mejillones que se ven a través de la ventana son los que acabarán en tu plato. También se sirven otros ingredientes de lo más interesante, como las «algas de trufa», un tipo de planta acuática de la zona cuyo sabor recuerda al de este alimento.
Pero no todo el edificio se encuentra bajo el agua. Sus tres niveles van preparando a los comensales a medida que descienden, mediante sus colores; su decoración, todo materiales sostenibles y de origen local; y la iluminación. El primer nivel, todavía por encima del mar, sirve de guardarropa; el segundo, a ras del océano, alberga un bar de champán; y el tercero, bajo el agua, es el restaurante en sí.
Cada una de las plantas evoca el ambiente en el que se encuentra, una parte más de esta aventura de exploración submarina.
Yuniet Blanco Salas
