La arquitectura colorida de México es una de las señas de identidad más reconocibles de este país. Sin embargo, en algunas ciudades y pueblos, esta tradición se lleva al extremo, y todas las casas se pintan del mismo color, creando un paisaje urbano único y sorprendente.
Es por eso qur hoy, exploraremos cinco de estas localidades mexicanas donde la monocromía es la norma, y donde cada fachada es una obra de arte en sí misma. ¡Descubre la magia de estos lugares donde el color es el protagonista absoluto!
1. Zacatecas: Rosa
Algunos describen a Zacatecas como la ‘Ciudad Rosa de México‘, y esto se debe a que gran parte de sus edificios fueron construidos con cantera rosa, un tipo de piedra que le otorga un aspecto rosáceo suave a sus calles.
Se trata de una ciudad monumental que destaca por su elegancia y belleza con influencias arquitectónicas que van desde lo gótico hasta lo parisino.
2. Mazamitla: Blanco y rojo
También conocido como ‘La Suiza Mexicana’, este Pueblo Mágico es la definición de un sitio lleno de armonía, donde todo parece hacer sentido y estar en orden. Sus construcciones siguen una misma línea arquitectónica, donde una vez más predomina el color blanco con toques color rojo quemado y techos en teja de color marrón que le otorgan el toque acogedor a sus casitas.
Durante tu visita, no te olvides de probar el mole de olla, los tacos sudados y el Minguichi, una sopa que consiste en leche, tomate verde, cebolla, ajo, elote y chile poblano.
3. Izamal: Amarillo
Probablemente lo has visto en fotos –si es que no has ido–, ya que cada vez más personas comienzan a mostrar interés por este Pueblo Mágico de Yucatán que se distingue de cualquier otro por sus construcciones pintadas de un color amarillo vino con finos toques en tono blanco.
Durante tu visita, podrás tomarte las mejores fotos en el Convento de San Antonio de Padua, ir a zambullirte a algún cenote de la zona y probar las delicias de la gastronomía yucateca. No lo pienses dos veces y conoce la ‘Ciudad Amarilla de México’.
4. Taxco: Blanco
El Pueblo Mágico de Guerrero no solo se caracteriza por ser el punto perfecto para ir a comprar joyería de plata directamente de los productores y artesanos de la región, sino que es el sitio predilecto para callejonear, disfrutar de unas chalupas, unos buenos tamales o una rica cecina en alguno de sus restaurantes típicos.
Por si fuera poco, la arquitectura de este sitio es preciosa, ya que casi todas las casitas comparten una gama de colores en donde predomina el blanco con toques de color rojo quemado, piedra y techos en teja.
5. Real de Catorce: Piedra
No hay nada más bonito que encontrarse con un pueblito construido completamente de piedra. Este es el caso de Real de Catorce, ubicado en el estado de San Luis Potosí. Desde que pones un pie en este lugar, sentirás que te transportas a otra época al mirar sus fachadas de piedra.
Aunque el clima suele ser bastante frío, te sentirás como en casa después de comer unas ricas enchiladas potosinas acompañadas de un café de olla. Construido en el 1779, este ‘Pueblo Fantasma de México’ es la escapada perfecta para quienes buscan un entorno tranquilo y muy diferente a lo típico.
Yuniet Blanco Salas